
Sobre mi
En este punto, yo debería contarte sobre mi vida para que me conocieras un poco mejor, aunque prefiero que tú me cuentes la tuya para poder ayudarte con ella, porque para eso estoy aquí y tú me estás leyendo. Hasta que llegue ese momento, déjame decirte porqué estaría bien que tú y yo habláramos.
Siempre fui perfeccionista y autoexigente, como si necesitara demostrar que valía, que era capaz. Transitaba la vida sin profundizar en mi, enfocada siempre en lograr y tener éxitos materiales, incesante búsqueda de reconocimiento externo. Vivía hacia afuera, ignorando que había otra forma de vivir que me podía aportar una experiencia vital mucho más plena y placentera.
Mi primer encuentro con el cáncer fue hace muchos años. Mi padre era aún joven y le dieron tres meses de vida. De aquella situación dolorosa aprendí que el rechazo y la resistencia al dolor sólo añade y magnifica el sufrimiento, y que si hubiera
aceptado aquella realidad implacable habría disfrutado cada segundo a su lado, transmitiéndole un amor calmado para hacer el proceso de partir menos duro.
Aunque experimenté entonces un fuerte deseo de querer aprovechar el presente con intensidad seguía enfocada en alcanzar metas, en lograr éxitos, en hacer sin parar. Y así avanzaba mi vida, llena de excesos, de altas dosis de estrés, de autoexigencia, de hábitos insanos, sometiendo a mi cuerpo a una brutal tensión interior.
Construyo para mi, me fortalezco, crezco desde el ser, desarrollo habilidades y competencias, me transformo, me reconstruyo, y luego, con humildad acompaño a otros a que consigan lo mismo.
Hasta que la vida me mandó otra señal. Tenía 37 años cuando me detectaron un cáncer de colon. Estaba tan debilitada que la operación fracasó y vi la muerte de cerca. Sentí miedo, rabia, angustia, desesperación, vergüenza de que me vieran en ese estado, no quería que la gente sintiera lástima por mi, no quería que me vieran. Tres meses de hospitalización sin comer ni beber fue un auténtico desafío. Pensé que no saldría viva de aquella situación, pero no me rendí, me repetía que ese no era aún mi momento y, finalmente, salí de aquella pesadilla. Somos mucho más fuertes de lo que nos imaginamos.
Estar entre la vida y la muerte despertó en mí la necesidad de sentirme viva de nuevo, y lo hice, con fuerza y poderío, pero la inercia de mi estilo de vida era muy fuerte y no logré salir de mi propia espiral. Seguía volcada hacia el exterior, entregada a trabajos de alta responsabilidad y agotadores viajes. El estrés era mi permanente compañero de viaje, cuyo origen no estaba sólo en mi adicción al trabajo, mi autoexigencia y mi ritmo de vida. Mis trastornos digestivos y molestias que quedaron como secuelas después de tanta operación, añadían mucho estrés a mi vida, y no sabía cómo gestionarlo.
Recuerdo, a veces, destellos de conciencia, instantes donde me observaba y me preguntaba: «¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Es esto realmente lo que quiero? ¿Es esto lo máximo que puedo pedirle a la vida?» Y la respuesta, la mayoría de las veces era “no quiero esta vida, no le encuentro sentido”. Me sentía perdida, vacía.
Y la vida es sabia y bondadosa, y volvió a llamar a mi puerta varios años después con otro cáncer.
El miedo al sufrimiento y a la muerte volvió a mí, de golpe. Fue entonces cuando ví claro que no quería seguir viviendo como hasta ese momento y que tenía que haber algo que pudiera hacer al respecto, y decidí buscarlo, y me di cuenta de que en realidad se trataba de buscarme.
Así comenzó un apasionante viaje a mi interior, lleno de descubrimientos y de esperanza, de transformación y de conexión con mi ser y mis necesidades más profundas, y lo logré gracias a mi formación en coaching transpersonal, inteligencia emocional, mindfulness y otras herramientas de autoconocimiento. Un maravilloso viaje de introspección que todos deberíamos hacer para entender muchas de las cosas que nos pasan.
De aquello atesoré experiencias y vivencias que hoy podrían serte de utilidad, si, como yo, has vivido de espaldas a ti, a tus necesidades reales, y has necesitado pasar por alguna situación dramática, como el cáncer para empezar a verlo. Y, por ello, te ofrezco mi aprendizaje vital y mi formación en el ámbito del crecimiento personal, como parte de un método propio, para acompañarte a que descubras una vida más plena.
De las personas que de verdad pueden entenderte en este mundo, en este momento, yo soy, sin duda, una de ellas.

Experiencia profesional y formación.
Soy ingeniera de telecomunicaciones. Trabajé para multinacionales en varios sectores, desempeñando puestos de responsabilidad en el ámbito de la formación, la gestión de proyectos y las ventas. Curiosa empedernida, insaciable de conocimiento y soñadora. Desempeñé mis trabajos con el objetivo principal de aportar valor cada día y convertir mi entorno laboral en una plataforma de realización personal.
La transformación interior que experimenté tras vivir mi último proceso de cáncer me llevó a dar un giro profesional de 180º hacia el mundo del crecimiento y desarrollo personal enfocado al entorno de la salud y dirigido, principalmente, al acompañamiento de personas que han pasado o están pasando por dificultades en su vida y que desean salir de ellas, convirtiéndolas en una oportunidad de aprendizaje y transformación hacia una nueva forma de vivir con la que afrontar cualquier desafío desde la confianza y la paz interior.
Conduzco esta misión convencida de la gran fortaleza y potencial del ser humano. Lo llevo tatuado en la piel de mi vida. Yo lo llamo “mi Saiken, mi reconstrucción vital”
Formación en desarrollo personal:
-
Máster en Psicología y Terapia Transpersonal. Escuela de Atención (actualmente)
-
Curso Aventura del Ser. Escuela de vida.
-
Curso Especialista Inteligencia Emocional. Escuela Crearte, avalada por ICF.
-
Formación Profesional en Coaching. Escuela Innerkey, avalada por ICF.
-
Curso anclaje a estados emocionales. Escuela EFIC, avalada por ICF